Mientras llega el día de decirte lo que siento por ti, protegeremos tu identidad en construcción bajo el nombre de 'Lana del Rey'.
Por estos días se han frustrado múltiples intentos mutuos de conocernos, llamalo como quieras, yo creo que es el karma haciendo su trabajo en nombre de las almas caídas en la friendzone de ambos de forma involuntaria.
No es coincidencia que me hayas revelado uno a uno tus demonios internos en un patético desfile al que yo pondría fin con un efectivo exorcismo. Llámame "amor" o Damien Karras, ambas me agrandan igual.
No niego que no me haya buscado este distanciamiento en base a uno que otro error producto de mi propio exceso de confianza, más aún cuando tiendes a esconderte como armadillo luego de abrir tus sentimientos, lo cual hace aún más difícil entenderlos.
Y aunque tu autoestima hoy ande por los suelos (para variar) y yo no entienda del todo el por qué de tus tuits y tu actitud tan Lana del Rey, me satisface saber que la cura a tu mal esta a la vuelta de la esquina, a menos que a ti o al personaje que creaste les guste sufrir por deporte.
Hoy por hoy, soy consciente que soy solo un parcial dueño de tu cuerpo en alquiler, no me pertenece nada más y puede que cambiar mi situación de propietario con cláusulas tarde tiempo en remediarse. Veamos si nuestra locura tiene fecha de caducidad.
Mientras vuelvo a leer tus divertidos post autodestructivos que tranquilamente alimentarían el libreto de algún remake de novela mexicana, no puedo evitar sonreír sabiendo que mucho de tu humor negro en torno a ti y al resto tienen buena parte de razón.
Y aunque aún no entendamos qué nos pasa al uno con el otro, pues siempre es bueno disfrutar de las preguntas sin respuesta con un vino, otro beso y la certeza de que te sacaré del manicomio más tarde que temprano. Hasta tu próximo tuit. Logout.