lunes, 16 de mayo de 2011

We love you, Tomba




Porque amamos a la mujer policía, cuya valía y sexys pantalonetas imponen respeto a los fascinerosos cobradores que abusan de los indefensos universitarios sanmartinianos, la versión diurna y nocturna de este clásico de la calle, interpretado por este humilde servidor y unos cuantos amigos.






Entrevista con mi vieja


Club La Alameda de Chaclacayo. 3:OO P.M.
Sobre unas sillas de veraneo y frente a una piscina, dos pisco sours se disfrutan mejor con la mente vacía y una fresca conversación con la autora de mis días. Nueve años sin hablar y hoy, uno picando la canchita del ceviche del otro, comprobamos que la vida se ha pasado de graciosa con nosotros. Rec…aquí vamos…
Mamá, explícame tu dilema con los dibujos animados.
Estoy decepcionada porque ya no los hacen como antes. Las chicas de mi generación vivíamos teniendo fantasías con He-man, él era fuerte, viril y machazo. Yo moría por Ikki (Fénix de los Caballeros del Zodíaco), quería casarme con él y tener Ikkitos. Ahora los niños siguen a un muñeco cabro llamado Bob Esponja que tiene una relación impúdica con una estrella rosada. ¿Qué hacen un montón de niños escolares cojudos bailando con el hijo maricón de Godzilla?
¿Te refieres a Barney?
Sí…siempre lo odié por sus manos chiquititas y su poto de vedette…
¿También tienes un dilema con los ositos de peluche?
Sí. A estas alturas de mi vida, con 35 años y habiendo vivido lo que he vivido, ni los ositos de peluche, ni los anillos ni los ramos de flores, ni las cartas perfumadas, ni los paseos en botes pedalones con forma de cisnes en lagunas artificiales me entusiasman, solo me dan risa.
¿En algún momento soñaste con subir al altar vestida de blanco?
Claro, cuando tenía 12 años, a los 13 me desperté y ya estaba embarazada de ti. ¿A qué altar me iba a ir?, me resigné y me di cuenta que la modernidad hizo añicos a la mujer que llegaba pura y casta al altar.
¿Por qué las niñas del colegio te odiaban?
Porque era una niña fashion, una niña mal que hacia todo lo que quería aunque las monjas nos lo impidieran. Ante esa frustración, se desquitaban diciéndome de todo porque siempre hacía lo que otras se morían por hacer…como estar con tu viejo y hacer lo que hacíamos. Créeme, amor, parecíamos cuyes.
Si tuvieras que retroceder el tiempo…
Lo volvería a hacer una y mil veces, no me arrepiento de nada. De lo único que me arrepiento es de mis desequilibrios emocionales que me alejaron de ti por tantos años.
¿Cómo se las ingeniaban tú y mi viejo para sortear a monjas, papás y todas esas cosas que salen en las novelas del 4?
Con mentiras…al igual que Shakira, aprendí a mentir y querer los gatos. Cuando podía, me escapaba por el techo del colegio y si encontraba la siguiente puerta cerrada me iba por el otro techo. También tenía amigas que me apañaban mis escapadas.
¿Cómo llamarías a todo eso?
Amor…
¿El amor es responsable?
No tiene ni mierda de responsable. El amor es loco, es salvaje, es egoísta, es traicionero, tiene todo de bueno y de malo.
Y después de tenerme…¿qué?
Entendí que podía rehacer mi vida cuando no estuvo más tu padre. Así que me casé y tropecé con una piedra…un rocón de huayco.
Te casaste vestida como secretaria y con una torta de cartón…
Me casé de sastre con un vestido rosado perla hasta el culo (risas). La torta era de verdad, pero en ese tiempo tenía el complejo de la chica anoréxica y el pastel terminó en el plato del Bush, nuestro perro ovejero.
¿Por qué la necesidad tuya y de tu exesposo de tener tantos perros en su departamento?
Tal vez era el reflejo del vacío de mi exesposo por no tener hijos. El quería un hijo y me lo hacía saber a cada momento, aunque yo de manera diplomática imitaba a Mascaly y le decía…NO JODAS!!!
¿Él me odiaba?
No te odiaba…sentía celos de ti, porque sentía que lo desplazaba por ti.
Es irónico, te dejé porque me reemplazaste por él.
Yo sentía que tú me desplazaste por tus abuelos…
Tú reemplazas, yo desplazo, nosotros desplazamos…
Ja, ja, ja…
¿Por qué a puertas de los 40 te sientes como Carla Barzotti?
Porque me siento sexy y hago lo que me hace feliz, vivo como dice la canción: a mi manera. Tendré 60 años, pero seguiré sintiéndome de 30, seguiré sintiéndome Carla Barzotti.Que otras se queden en casa a tejer y cuidar nietos, yo no fui programada para eso. Salud, bebé.
Salud…
(Continuará) 

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