domingo, 11 de agosto de 2013

No soy yo, son ellos




Antes de partir, debo decirles que este blog no existiría sin las siguientes personas que son parte de mí y que tendrán por siempre mi gratitud infinita:



A Amalia, por retener a mi niño interno en calidad de rehén. 

A Katia, por sacarme del contexto socio-cultural. 

A Víctor, mi maestro y el amor de mi vida. 

A Tito, por enseñarme que podemos reír hasta ahogarnos.

A Vilma, mi madre, por tanto amor no merecido. 

A Ricardo, mi padre, por creer en mí cuando nadie más quería hacerlo. 

A Tania, por la experiencia fruto del ensayo-error. 

A Horuz, mi mejor amigo. 

A Craj, por ser el motor de cada post y volver de la muerte para el último de ellos. 

A Marisol, la madre del bebé que jamás conoceré. 
A las dos almas que partieron, porque se fueron cuando tuvieron que irse. 

A Felipo, Erick, Pepe, Elmo, Chunga, Cuadros, Patricia y Rob, por estar ahí. 

A los lectores, por esconderse entre las líneas del blog y compartirlo. No soy yo, son ustedes.

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