martes, 19 de julio de 2011

Sin Avisar (Epílogo - Vacaciones en Larco Herrera)


Avril Lavigne canta "Don't tell me" en mis oídos mientras escribo estas líneas con el olor de la brisa marina. He tomado mi decisión más difícil, pero también conveniente: me voy.



No es fácil decir adiós, menos cuando sabes que dejas atrás un pedazo de ti. Mucho amor de por medio y muchos momentos de risa en los que imaginas todo, menos que tendrás que despedirte un día.

No es que sea tu culpa, tampoco la mía. Me voy porque no pienso arriesgar lo que sea que me espere más adelante por alguien que no saltará del tren junto a mí. No solo no compartes mi velocidad, nos separa una brecha tiempo-espacio comparable a los saltos dimensionales de Marty McFly. 

Hemos estado cerca cientos de veces y frente a frente otras tantas, tú con la incapacidad de contener tus emociones, yo tragando saliva para decir adiós sin que se me quiebre la voz.

Un día no te busqué más en Facebook, ni en mi almohada, ni en mis sueños, ni en una foto que hoy alimenta mi tacho de basura lleno de envolturas de Morocha y Cereal Bar (por menos cerdo que me quiera sentir, engañándome). Por ahí estás tú, entre restos de chocolate, de amor explosivo, de promesas con fecha de caducidad, de pirotecnia, de ti y de mí.

Adiós. A tu regreso puede que no te agrade lo que encuentres, pero nunca me agradó lo que encontré a mi partida. 


He decubierto que dos corazones pueden sufrir arritmia de vez en cuando y al mismo tiempo, prepárate para el infarto y consigue un amante cardiólogo, o al menos uno menos imperfecto que yo. No debiste parpadear, te perdiste de mucho. Guerra avisada no mata gente, corazones de vez en cuando.



Pdta.- Estoy a un día de oir a mi diosa Avril, me desgarra pensar que oiré el soundtrack de nosotros sin ti, pero la adrenalina mitigará un poco el dolor de ciertas cicatrices. No cantes Sleeped Away, me harás pedazos.

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