15:30 HORAS - Terminaba mi segundo americano sin azúcar en el Westin. La entrevista e insultos del Bananero todavía me causaban risas para mis adentros en aquel enorme hall donde, solo, te estaba esperando como hace 20 años. La última vez que viniste a cantar a Perú, yo jugaba al entrevistador y no sabía lo que era un concierto; es más, todavía no sabía pronunciar bien esa palabra ni lo que significaba. Ahora, con el realismo de mis 25, se me estaba acabando el café y el tiempo.
16:00-18:00 HORAS - Mi séptimo ángel de la guarda me llama sonriente con una buena noticia. Sin asimilar lo que escucho por el otro lado del teléfono, solo atino a volver a base para recoger mi cámara, conversar un rato con mis compañeros e irme al Jockey con el corazón estallándome. "¿Y viste a Gloria Trevi?", me dice mi jefa. Sin responder, solo sonrío y me retiro con la esperanza de contestar luego esa pregunta.
19:00 HORAS - Ya en el Jockey, en ese inmenso escenario en el que fuera la prueba de sonido durante la tarde, me cuentan que no has salido de camerinos y que esperas adentro para una breve conversación antes de salir a entregar el alma al público.
20:00 HORAS - Mi séptimo ángel de la guarda me saca de mis pensamientos gritando "ÁLVARO, YA". Nos dirigimos corriendo a backstage y la oscuridad nos traga para dar paso a luces blancas y pasadizos por los que todos caminan acelarados gritándose instrucciones.
20:30 HORAS - Ahí estás, sonriendo a la cámara de América y diciendo que esta entrevista podría ser más un musical de tantas ideas para responder cantando. Mis piernas no responden, pero no es hora para titubear.
20:35 HORAS - "Siguiente", dice el manager en tono inexpresivo. Entonces sucede: me miras con esa cara con la que he soñado y que veía una y otra vez en videoclips desde que tengo uso de razón. Llamen al doctor psiquiatra porque mi cabeza va a estallar. "Tú tienes un look así como inglés", es lo primero que me dices, me tomas de las manos y me jalas al backing para una entrevista que tú ya habías empezado antes que yo. "Soy Alvaro de Peru.com", nunca me había temblado la boca al decirlo, hasta ahora. Recuerdo que estoy trabajando, vuelvo en mí y disparo mis preguntas con cierta torpeza. Momentos buenos, momentos malos, Alejandra Guzmán, la película polémica de la que no quieres hablar y de la que sí quieres hablar: la que da el nombre a tu gira. Te pido que me cantes alguna de esas canciones que esa "Chica embarazada" de casi 14 años le cantaba a su vientre creciente conmigo en su interior. "Que te vas una vez más, pero esta vez sí será de verdad". Así das por terminada la entrevista.
20:45 HORAS - Continúo en camerinos tomándome mi tercer Chilcano y sintiéndome el hombre más idiota del mundo por haber recordado todo (preguntas, saludo al portal, recuerdo en mi ejemplar de "Cómo nace el universo" y darte tantos abrazos como el tiempo me permitió) excepto la foto juntos. A tu salida de entrevistas, me acerco a despedirme de ti con el corazón en llamas. "Ya terminaron las fotos", dice tu seguridad personal y me dispongo a retirarme. "No, no terminaron, ¿Alvaro?", interrumpes con esa voz que escuchaba en mi walkman en paseos de colegio. Todos mudos en el pasillo. Los tres matones no dicen absolutamente nada, pues tú has hablado. "Alvaro, ven". Alguna vez había dicho mi nombre en un video enviado desde México junto a mi ejemplar de "Gloria" firmado. Esta vez era diferente, esta vez me hablabas a mí, a la cara y viéndome a los ojos. "Gracias por estar aquí, Alvaro", vuelves a nombrarme y me abrazas por última vez. Juntos, sonreímos para el móvil que sostiene, por supuesto, mi séptimo ángel de la guarda. Yo vuelvo a tener cinco años, me lanzo a besarte y decirte "Gracias a ti, Dios te bendiga". Beso va, beso viene y yo pido que no me despierten de este sueño.
21:00 HORAS - Tras un cuarto Chilcano que me congele la garganta para recordarme que no estoy despierto, abandono backstage listo para una noche "De película", la mejor de mi vida, la que tú hiciste realidad con "Cinco Minutos" de abrazos que me llevaré conmigo para siempre.
(Este post va dedicado a esa hermosa persona que está leyendo esto más temprano que tarde. Tú sabes quien eres. No olvidaré esta noche, ni los besos en mis cachetes de nutria, hasta el último día de mi vida). "Cambio y fuera"