miércoles, 9 de enero de 2013

Cobarde II




"It's been a long time since I came around
been a long time but I'm back in town
this time I'm not leaving without you"

 - Lady Gaga -

   La versión en vivo de este tema puede arrojar emociones 
distintas que la de estudio, se recomienda acompañar el post con:



Cierra los ojos e imagínate aquello que siempre haz deseado en lo más profundo de tu mente, sea decente o no, tenga o no sentido. Solo piénsalo y pregúntate que tan inalcanzable es, las distancias podrían ser mas cortas de lo que imaginas. (Véase la parte I aquí)

Me haz tomado el rostro como en la ultima ocasión en que te deje ir. Han pasado muchos años desde aquel primer post con olor a pop corn y aceite quemado. Con decisión, acercas tu boca hacia la mía, preguntándome si voy a quedarme aquí.

.

Mis oídos y mis ojos todavía no dan crédito a lo que esta pasando. Uno espera que ese momento que siempre anheló te agarre preparado, en terno y con kilos de gomina en la cabeza. Pero no, la felicidad golpea la puerta sin avisar y, en ocasiones como esta, la tira al suelo de una patada.


Me suelto de tus manos maldiciéndome y diciéndote que esto no tiene sentido. Años de vivencias y amistad nos unen, pero también nos separan.


Después de un rato de plática del tipo en la que dices mucho para no decir nada, lo intentas de nuevo. Esta vez me pides que te acompañe a tomar algo de aire y nos alejamos de la gente para ir a la terraza de aquel bar con aspecto surrealista. A medio camino, te giras y me encaras con ojos endemoniados. "Niégame que esto es lo que siempre quisiste, niégamelo". Te esquivo la mirada, mi silencio es mi peor "sí".

De vuelta a casa, me dispongo a dormir en el sofá y a dejarte en mi cama como haría todo caballero pelele, tradicional y carente de iniciativa. Te doy el abrazo de las buenas noches, el mismo que te he dado los últimos diez años. Este abrazo es distinto a los otros, porque no te pienso soltar.


Girándote para darme la cara, me pides que lo intentemos, que el mundo deje de girar por un momento sobre lo que "debería ser" y que sea el primero. La vida y Gloria Trevi me han enseñado que ser el primer pendejo no tiene tanta importancia como ser el último.

Mi cerebro se ha desconectado y mi corazón latiendo casi hace ruido hasta la habitación contigua.


Te beso en vez de darte un sí e intento arrancarte los labios con mis dientes. Me golpeas el pecho mientras me deshago de tu ropa odiando cada prenda. No quiero ir lento como si se tratara de una romántica velada planeada con Hershey's y vino tinto. Esto es sexo y M&Ms, sexo y M&Ms, sexo y M&Ms.

Después de la batalla campal más intensa de mi vida, intento recuperar la conciencia contigo durmiendo sobre mi pecho. Al verte a mi lado, después de tanto tiempo, pienso que la vida no me ha terminado de sorprender o que tiene pensado seguir burlándose de mí algunos años más.


Tiempo después, te dejo en casa dándote la mano y me dispongo a irme, hemos decidido no tocar el tema, aunque no por eso tus ojos no me lo griten de vez en cuando. Me recuerdas que olvidaste tus llaves y me pides que las cuide.


(...)

Con la sensación de mi cerebro a punto de partirse en dos, despierto después de una noche algo confusa. Nada ha cambiado, solo soñé que había dado el primer paso en la luna tomado de tu mano y clavando la bandera de la República de las Nutrias en algún cráter lunar.


Me giro para seguir soñando contigo, pero una dolorosa punzada en el cuello me saca de mi sopor. Unas llaves ajenas se toparon con mi cuello trayendo todo de vuelta a mi mente y a mi cuerpo. No soy más un cobarde, no lo volveré a ser y puede que jamás lo haya sido. Sonrío sin ganas de preguntarme nada, amando más la absurda realidad que los sueños prefabricados.


Te amo y, aunque mi cerebro siga pidiéndome la palabra para dar su opinión razonable, tu respiración agitada me ha ensordecido por estos días.








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