jueves, 15 de agosto de 2013

Hasta pronto (El final pt. 2)


"El amor es una muestra mortal de la inmortalidad"
- Fernando Pessoa -
A: Craj, causa y efecto de este blog.

Esperen un momento, esto no está pasando, es un sueño de esos donde despierto de madrugada y no estás. Sí. Eso debe ser. Tu piel junto a la mía no es real. Tu olor y tu cabello acariciando mi cara deben ser otra ironía más. 



Si esta es una broma, debe ser la mejor que la vida me haya hecho hasta el momento: luego de un café que no llegó y diálogos torpes para entender detalles de un pasado muerto. Hoy somos presente, hoy somos otros, hoy no pensamos igual, pero mi cama vuelve a abrigarnos como la última vez en alguna otra vida pasada. 




Te repites una y otra vez que no puedes creer que esté pasando, que es imposible; eso sí, sin dejar de morder mis labios insistente y suavemente como solo tú sabes hacerlo. Me envuelves con tus brazos y tus piernas infinitas, apretándome con fuerza para que no vuelva a irme jamás. Mejor dicho, sabiendo en el fondo que nunca me fui. 




Esta vez no habrá violencia, esta vez no dejaremos huellas en tu piel ni en la mía. Esta vez no habrán mordidas ni cicatrices de guerra, tampoco soundtracks prefabricados. Nadie puede saber jamás que ambos planetas se encontraron en algún punto del tiempo y el espacio con un Big Bang que carece de explicación, comienzo y - lo mejor de todo - final. 


Intento explicar científicamente el cambio de órbita del cometa que acaba de impactar en mi vida, pero vuelves a callarme con otro beso dejando en claro que no despertaré solo de nuevo. Vas decidida, eólica, sin perder una noche más de las millones que yacen muertas y deformes por toda la habitación. Las horas desparramadas forman un cementerio de recuerdos N.N. que hoy vuelven de la muerte. Qué coincidencia, al igual que tú. 



Mientras descansas a mi lado bajo una frazada caliente, no puedes evitar reírte de todo lo que se ha dicho hasta el momento acerca de nosotros dos:
Empezando por darnos por muertos hasta las más inverosímiles historias, tan absurdas y falsas como la felicidad de sus autores J.E.R.O.P.A.S. (Abreviatura de: Jerga Efectiva, Recurrente y Obscena Para Almas Solitarias).





Porque nada es más falso que las teorías mediocres del final de lo nuestro, esas que hacen sentir exitoso a quien tiene que fijarse en nuestra intimidad por el fracaso de la suya.

Ahora lo sabemos: nada es más cierto que el aquí y el ahora, nosotros bajo luz tenue, dos velas y un edredón en llamas como el asteroide que ha entrado en tu atmósfera. 




Me queda despedirme una vez más, pero ya no con lágrimas como hace algunos años, sino con besos de hasta pronto que no dejo de recibir mientras te cargo camino a la puerta. 




Este post y este blog llegan a su fin, pues su propósito, antes incierto, se ha cumplido esta noche al igual que la promesa de otra colisión entre planetas; luego de años luz, tal vez, pero inminente y real como la muerte y el espacio, como que ahora viviré en uno de tus bolsillos, como que jamás nos fuimos, como que siempre estaré gordo, como que te amo. 




YA ERES YO, YA SOY TÚ.



FIN


lunes, 12 de agosto de 2013

Fucking musas (El final pt.1)



"Donde hay luz también existe la sombra. 
¿Dejaré de amar la luz porque produce sombras?"
- Heinrich Lübke -


Y entonces las musas se esconden, se burlan de mí, mimetizándose con la incoherencia y la ausencia de ideas. La inspiración me abandona y mi cerebro se vuelve una nuez vacía, incapaz de formular una oración ingeniosa o alguna línea cachacienta que te defina por excelencia. 

Ni el amor de los míos (y los tuyos), ni el desamor, ni el desayuno, ni tus gemidos, ni tu adiós. Nada despierta, nada motiva a escribir ni a decir lo mucho que te amo o las ganas que tengo de verte en un frasco de formol. 

Me deshice de tus fotos, quemé las cartas muertas de gente cuyo recuerdo se descompone en mi mente. La putrefacción de nuestros vínculos emocionales apesta, por ello me liberé de 1500 misivas aprox, de múltiples colores y sobres dentro de dos bolsas negras de basura parecidas a las que usa la morgue para trasladar cadáveres. Precisamente, lo que ustedes son para mí, no porque algo haya cambiado la buena fe que les tengo, solo que el tiempo nos grita que hay lealtades con fecha de vencimiento y en oferta. 

En una pequeña caja de zapatos yacen ustedes seis, los de siempre, los incondicionales, los que resisten al tiempo y al espacio abrazados a mí sin soltarse jamás. Sangre no nos une, sino algo más poderoso. Lo nuestro no tiene comienzo ni fin, como un círculo perfecto, infinito y blindado contra la monotonía, rupturas, confusiones, egos, orgullos y otras balas de grueso calibre. 

Es hora de un breve descanso, de echarme a ver el cielo gris en medio del mar, sobre aquella piedra en la que me convertí en tu primer hombre. Desnudos y al borde de la hipotermia, pero con las almas en llamas. 

Todo terminó, la primera batalla más dura de mi vida tuvo muertos y heridos en su haber, más voluntarios que involuntarios. By the way, sigo de pie resistiendo olas como esta roca que, indiferente, me deja acurrucarme sobre ella, como tú cuando vivías. 

Después de mi cuarto velorio y mi último show con la sagrada familia, es hora de abordar un avión que me saque de aquí, lejos de promesas rotas, silencios incómodos, amores kami kaze y flashbacks que no vienen al caso. 

Pasajeros con destino al nirvana indoloro, favor de abordar por la puerta ocho. Disfruten nuestro exclusivo snack a bordo: bombones suizos rellenos de anestecia y envueltos en brillante chocolatina. Abróchense los cinturones que, con suerte, no habrá retorno. 

Hasta pronto, es el título del próximo post y de la carta que termino de firmar ahora mismo. No eres yo, soy tú.



domingo, 11 de agosto de 2013

No soy yo, son ellos




Antes de partir, debo decirles que este blog no existiría sin las siguientes personas que son parte de mí y que tendrán por siempre mi gratitud infinita:



A Amalia, por retener a mi niño interno en calidad de rehén. 

A Katia, por sacarme del contexto socio-cultural. 

A Víctor, mi maestro y el amor de mi vida. 

A Tito, por enseñarme que podemos reír hasta ahogarnos.

A Vilma, mi madre, por tanto amor no merecido. 

A Ricardo, mi padre, por creer en mí cuando nadie más quería hacerlo. 

A Tania, por la experiencia fruto del ensayo-error. 

A Horuz, mi mejor amigo. 

A Craj, por ser el motor de cada post y volver de la muerte para el último de ellos. 

A Marisol, la madre del bebé que jamás conoceré. 
A las dos almas que partieron, porque se fueron cuando tuvieron que irse. 

A Felipo, Erick, Pepe, Elmo, Chunga, Cuadros, Patricia y Rob, por estar ahí. 

A los lectores, por esconderse entre las líneas del blog y compartirlo. No soy yo, son ustedes.

domingo, 21 de julio de 2013

La del banco


"Lo que distingue al hombre de los otros animales 
son las preocupaciones financieras".

- Jules Renard -




Este no es un post sobre amor, desamor, política o show business, sino de un tema que mezcla todo lo anterior en un solo cocktail amargo y mal preparado: la cola del banco. 

Y es que en estos vía crucis inevitables por todos, a menos que seas el lobo del BCP (sí, el que va sin ir), encontramos diversos tipos de situaciones y personas que tienen como modo de vida en el arte de complicársela a sí mismos y a los demás.

Empecemos por el principio: 

Las Camuchas.- Llamadas así por vivir su propia novela "Confesiones" al llegar a ventanilla 04. No contentas con sufrir en la breve cola preferencial, prolongan el suplicio contándole a las cajeras el cómo, cuándo, por qué, por dónde y otros pormenores previos a su visita. A menudo, la extensión de su melodrama les hace olvidar el trámite que las trajo al banco, por lo que retroceden su relato provocando a los presentes sinceras ganas ganas de cometer delito de vandalismo u homicidio culposo. 

Los sencillos.- No nos referimos a las personas humildes o no complicadas , sino a los enfermos del cambio monetario. Su afición por las moneditas de valor mínimo y su emoción al ver un sol de Machu Picchu o el Lanzón Monolítico para su colección los lleva a cambiar sus billetes por metal, aún si deben "asencillar" a la mismísima Santa Rosa de Lima en 200 pedacitos eternos. 

Las Loui Vuiton.- Las reinas del glamour y el styling deben lucir un bolso chic a la altura de las circunstancias. A más grandes mejor, a más espaciosos mejor. Siempre es menester cargar la cartera con toda clase de implementos de primera necesidad: coloretes, espejo, base, delineador, cleanex, un amante, rimmel, Tic Tac, anticonceptivos y un sublime blanco que engorde menos que el normal.  

Volvamos al tema, porque no venimos a un certamen de belleza sino al banco. Es así que buscar la tarjeta de crédito bajo ese montón de vanidad portátil se vuelve, para ellas, divertido y, para nosotros, insoportable. Al cabo de una media hora es probable que encuentren a sus maridos metidos en el bolso y, con algo de suerte, la tarjeta de crédito que, lástima disculpen, no es con la que iba a hacer la transacción. 

Los hinchapelotas.- Pueden ser hombres o mujeres, a menudo casados de 40 o solteras de 30 con notoria solvencia económica y déficit de afecto, quienes ven la humillación a la cajera como un sano deporte de práctica interdiaria. Generalmente, su paciencia no se extiende mas allá de los 40 segundos y tienden a recurrir a su dote de cajoneros palmoteando la mesa de partes al ritmo del pegajoso "Tú no sabes quién soy yo". No es difícil reconocerles, pues suelen quejarse de la lentitud de la cola y/o la cara del cuy mágico desde su llegada al banco. 

CONCLUSIÓN 

Si usted se ha topado con alguno de estos personajillos, no se deprima. El infierno bancario cuenta con demonios que lo acompanarán en su incierto camino. Sonría, saque su tarjeta o efectivo con anticipación y consuélese en el saborizante artificial de los caramelitos de counter con logotipo de la institución. Preocuparse no deben, yo les presto (arcadas).


sábado, 13 de julio de 2013

The Cord 6-7-13


"La muerte puede consistir en ir perdiendo la costumbre de vivir."
- César González Ruano 

Marmoto ha muerto. Se fue un sabado a las 5 y 40 de la mañana sin ganas de ver a nadie, sin ganas de estar en casa, aquí, así. 


Nada de tubos, nada de agujas, nada de pastillas ni llanto. Menos flores penosas ni café con galletas de soda, aquí no paso nada, así lo quisiste, pero los que te conocimos no queríamos esto para ti.

A lo largo de esta semana tragicómica he recibido preguntas y solicitudes de amistad, todas con algo en común: ninguna sera respondida. Porque así eras tú: preguntas echadas al aire como piedras que lanzas con fuerza al mar, sin escuchar nunca el sonido de su impacto contra el agua. 


Cuando supe que no existías más, pedí a mi único Dios que el mensaje en mi bandeja de entrada fuese una broma cruel. La vida se ríe siempre de nosotros, pero tú ya nunca lo harás de nuevo.


No querías volver a casa, querías quedarte en el búnker porque sabías que esto era irreversible. Tus amigos, muy morales ellos, te aconsejaban volver a tu hogar, pero...¿qué saben ellos de ti?. Tú sabías que tu hogar no lo era más. Lo repetiste hasta el cansancio y no quisimos escuchar. Lo veías venir, por supuesto que sí. 


Nadie pudo detenerte. Ni los tuyos, ni nosotros. La gente se siente mejor consigo misma posteando cosas en sus cuentas de Facebook y especulando como si tuviesen el derecho de jugar a Dios juez, como si fueran dueños de la verdad, como si se creyesen el pésame falso, como si mereciesen estar más vivos que tú. 


Termino de pensar estas líneas mientras el destino incumple tu última voluntad: tu hermano gemelo me acompaña en un taxi camino al trabajo, compartiendo conmigo lo que fue y lo que no fue. Sus ojos, que rogaste jamás vieran los míos, se llenan de lágrimas al hablar de ti. Mientras tanto yo, que siempre me he ufanado estúpidamente de saber reaccionar, me quedo viendo sin decir nada. 


Su cara, que es la tuya, se ha puesto roja por el llanto. Debo admitir que se hizo el fuerte todo el tramo de la Vía Expresa, pero la subida hacia Miraflores acabo con él y yo, sin tener un por qué, decido abrazarle. 

Luego de quedarnos viendo por un minuto de eterno silencio, te robo tu primera sonrisa recordándote que soy un desconocido, que él no es tú y que esta es la situación más absurda del mundo. Tú ya no estás más, pero tu sangre e imagen se seca las lágrimas y el luto con mi segundo pañuelo. 


Puede que nada de lo escrito tenga sentido y que sea fruto de la triste realidad: Nunca pude despedirme. De hecho, nadie pudo hacerlo, lo cual resulta más crudo. La última vez que te vi con vida lancé una de mis clásicas ironías de las que no me siento orgulloso. Cuatro meses después, no había un después. 


Tu hermano gemelo me da un último abrazo y lo alejo bruscamente dándole la lección más dura: Nadie puede salvar a las personas de si mismas, ni Dios. 


Gracias por todo y gracias por nada. Donde quiera que estés, pido antes de dormir que encuentres la paz que no encontraste aquí, la estabilidad que nadie supo darte y el silencio del que huiste creyéndolo inútil. 

Tengo un último encargo para ti, pero te lo daré en persona. Descansa en paz y hasta pronto, tal vez hasta mañana. 

lunes, 8 de julio de 2013

"Pelotas"


Después de algunos meses, me animo a postear un nuevo fármaco. En esta ocasión, les traigo una hierba extraída del best seller "Rich dad, poor dad: What the rich teach their kids about money" (2005) de Kiyosaki, Robert T. El texto puede encontrarse en la página 88 y su extracto lleva por título "Pelotas".

"...Desde 1984, he estado enseñando profesionalmente. Ha sido una experiencia grandiosa y reconfortante. A la vez, es una profesión perturbadora, ya que he tenido que enseñar a miles de individuos, y en todos veo una cosa en común: hemos sido bendecidos con dones. 

Aún así, la única cosa en común que nos mantiene a todos frenados, es un cierto grado de duda acerca de nosotros mismos. No es tanto la falta de información técnica lo que nos detiene, sino la falta de auto confianza. Algunos se ven más afectados que otros.

Una vez que dejamos la universidad, la mayoría de nosotros sabe que lo que cuenta, no es mayormente una cuestión de títulos universitarios o buenas calificaciones. En el mundo real, fuera de las universidades, se requiere algo más que eso. Lo he oído nombrar como 'estómago', 'caradura', 'pelotas', 'audacia', 'bravura', 'astucia', 'osadía', 'tenacidad' y 'brillantez'. Este factor, como quiera que se le denomine, decide, en última instancia, nuestro futuro, mucho más que cualquier título universitario.

Dentro de cada uno de nosotros, reside una de estas brillantes, osadas y apreciables características de nuestra personalidad. También existen las facetas débiles del carácter: personas que podrían arrodillarse e implorar si fuera necesario. Luego de un año en Vietnam como piloto del Cuerpo de Marina, llegué a conocer íntimamente ambos aspectos dentro de mí. Ninguno es mejor que el otro.

Pero, como maestro, me he dado cuenta de que el miedo excesivo y la duda acerca de uno mismo, son los más grandes detractores del genio personal. Me rompe el corazón ver estudiantes que, aunque saben las respuestas, carecen del coraje para actuar en consecuencia. A menudo, en el mundo real, no es el inteligente el que va a adelante, sino el osado.

(...)

Si el miedo es demasiado fuerte, el genio se anula. En mis clases, insto enormemente a los estudiantes a aprender a correr riesgos, a ser osados, a dejar que su genio convierta su miedo en fuerza y brillantez, Si bien funciona para algunos, a otros los aterroriza. Y he comenzado a darme cuenta de que la mayoría de personas, cuando se trata del tema del dinero, prefieren jugar sobre seguro. He tenido que contestar preguntas tales como: ¿Por qué correr riesgos?, ¿por qué debería molestarme en desarrollar mi coeficiente de inteligencia financiera?, ¿Por qué debo convertirme en un experto en finanzas?

Y yo respondo, 'tan solo para disponer de más opciones'"


sábado, 6 de julio de 2013

Matadero



"Street is like a jungle, so call the police"
- Blur -



Matadero no se parece a ninguna fiesta temática de la escena nocturna limeña. En esta dimensión paralela, lo ambiguo reina sobre el bien y el mal. Luego de las dos primeras horas de guardaropa y Chilcano, las mujeres se sienten hombres y los hombres no tanto.



En este Triángulo de las Bermudas no existe la nostalgia ni el despecho, eso se lo dejan a Soraya Montenegro o a Victoria Ruffo (ambas proyectadas en las pantallas LED del antro), tu ex, mi ex y su ex bailan al ritmo de Sak Noel y Blur en una tregua implícita que durará tanto como la canción.

Daft Punk suena, mucho, jamás harta porque nunca es demasiado. Las chicas pelean con sus novios o novias, demandando lo que por derecho les pertenece: atención, amor, unos makis weona. Las chicas camionero no están aquí para perseguirlas, las tienen trabajando de seguridad. 



Una maníaca con aspecto de Justin Bieber trajo su peluche de Tiger de Winnie Pooh y lo sacude al ritmo de Kylie Minogue en medio de la pista. Mi ex, que toma al lado de su ex, que es mi ex, supone que la sexy ladie está "loca por su tigre". No resisto la situación y tiro mi bebida por la risa. 



Figuras de la farándula en el ocaso recorren las barras en busca de alguna víctima que las recuerde y les brinde algo de afecto instantáneo. Mientras Blur reza "Girls who are boys, who like boys to be girls, who do boys like they´re girls, who do girls like they´re boys", criaturas andróginas en pijama saltan y se golpean mutuamente en un caos psicodélico. Entiende, anciano en sepia, ninguna criatura va a ligarte por más trago que le ofrezcas. 



Mi círculo profesa que no podemos abandonar la fiesta sin bailar "Get Lucky", eso está clarísimo. Te tomo la mano e intento girarte para abrazarte por la espalda. Me dices que no te he pedido permiso. Tampoco te he pedido tu opinión, respondo sonriéndote y apretándote con fuerza mientras me ofreces tu lado más amable. 



Amigos del colegio, la universidad, el trabajo y hasta del vecindario se entrelazan sin querer en un experimento nuclear de alta radiactividad y resultado incierto. Fisión, fusión, colapso, ¿qué importa?, hoy hay fiesta. 


Así es Matadero, definida por algunos como una fiesta hipster retro y por otros como una olla de grillos con las hormonas alteradas. Todos queremos ser diferentes, escucho por ahí, pero eso nos hace iguales. Hagamos el pasito de Vincet Vega, amor, "we're up all night to get lucky ".






domingo, 30 de junio de 2013

Amy Whitehouse




"So we are history 
Your shadow covers me 
The sky above 
a blaze..."




Amy Whitehouse no quiere ir a rehabilitación. Me frunce el ceño y me me odia por no saber su nombre ni haber comprado su ultimo disco, más depresivo y lacrimógeno que el anterior.


Mi diva del soul busca a su asistenta pigmea en medio de la gente. A estas alturas de la noche, su diminuta secretaria debe estar teniendo un affair en el baño de la discoteca, por lo que mi estrella en decadencia está sola y extrañando a Frank.

Me acerco con torpeza, ella espera que le pida un autógrafo, pero solo quiero darle un abrazo. "..And in your way, in this blue shade, my tears dry on their own", 
nuestros cuerpos se mecen lentamente en medio de la pista de baile. Pesados, lentos, con olor a marihuana, pero nunca más solos.

Whitehouse se cae de ebria, como cada noche sobre el escenario, como cada domingo en misa. Al fin alguien la quiere más que a sus Grammys y sus álbumes vendidos. No hay tiempo que perder, el amor no se encuentra todos los días y, en su caso, gratis. "Won't you come on over?, 
stop making a fool out of me, Valerie".

Nos besamos con ira, ella odiando mi cinismo y mi simpleza; yo, amando su último sencillo y su peinado altísimo con forma de panal. Me dices que debes encontrar a tu asistente, o perderás la clase sirviéndote sola el Vodka.


 - Whitehouse, ya se fue, no es tu amiga y te preocupas por ella. -

- Tú no eres mi amigo y me preocupo por ti, ¡salud! -

- No es lesbiana y la besas. - 

- Tú tampoco y... (Me besa) -

(Aprovechándome de la situación) 

- No es tu amiga y la vuelves a besar. -

(La escena se repite quince veces)

- No es tu amiga y te ha dejado. -

- Tú también me dejarás. -

- Buen punto. - 

Otra canción tuya suena en medio de la noche. "I told you, I was trouble, y
ou know I'm not good" me repites una y otra vez; suplicando que no te toque y que me vaya a dormir al sofá. Poco importa tu resistencia, esta noche eres buena para mí.


domingo, 23 de junio de 2013

La Chica Plástica




Habitación 203, por favor.






La chica plástica se siente orgullosa de sí misma en su puesto de recepcionista en un bonito y discreto hotel miraflorino. 

Su comedor de mierda, su novio de mierda, sus amigas de mierda, sus películas románticas de mierda y toda la monotonía de eterno lunes la hacen feliz, como si estuviera anestesiada permanentemente. 

Este ser de látex goza convirtiendo en amantes a sus clientes del hotel. Su única diferencia con las adúlteras promedio es que no mete a sus Romeos al armario cuando llega el marido, sino que los esconde en el refrigerador para no sacarlos jamás. 

Mi novia sintética está enamorada de mí y no del hombre al que jura amor en Facebook, Twitter y demás chorradas donde la gente siempre parece más feliz de lo que en realidad es. Sus posts, sus canciones con lyrics copiados y pegados de web y sus fotos forzadas por un "mientras tanto" son solo parte de su novela coreana. Las ancianas solteras y sus cientos de gatos tienen algo más de mérito que tú, al menos ellas viven con alguien que aman de verdad. 

El marido de mi Marilyn Monroe tiene cuernos enormes, tan grandes que puedes tender la ropa en ellos y decorarlos con adornos navideños. Sé que él paga la cuenta, pero es ella quien paga los hoteles.  

Sentiría remordimiento de irrumpir en una relación si esta realmente existiese. Para fortuna tuya y mía, sabemos que no es así. 

Mientras tomamos un café artificial en Starbucks de Miraflores, te desesperas por señalar tu posición global en su Foursquare de mierda. Al terminar su check-in vital, los ojos de mi diva sintética se llenan de lágrimas. Sus miles de sueños han sido encadenados a una miserable estabilidad económica que deriva en una larga lista de quejas, esa que deberá tragarse en su próximo aniversario.  

La chica plástica guarda algo de amor bajo todo ese maquillaje. Pensándolo bien, creo que en realidad no.

Archivo

De la selva, su Nutria

La moto acelera por la carretera bajo un sol infernal, más ardiente que la lava, pero no más que sus corazones a mil por hora. M...