viernes, 7 de septiembre de 2012

Mañana es feriado





El síndrome del feriado ya empieza a apoderarse de la ciudad, como si en el agua potable virtieran siete raices, guanarpo macho, cafeína en comprimidos o sineldafilo en polvo. Si, mañana es el día glorioso, todos a celebrar y a hacer aquello de lo que nos arrepentiremos al día siguiente. 

Entonces, salir a la calle es una suerte de fiesta, un pasacalle en medio de Miraflores donde todos bailan Last friday night (Katy Perry), Moves like Jagger (La parte cantada por Christina Aguilera y el silbidito) o Space Man de The Killers con vasos de frapuccino en la mano que no terminarán porque se lo ofrecerán a los gatos del Parque Kennedy. 

 Me he propuesto abusar del sueño y descansar como manda la ley, pero el llamado del caos no es fácil de ignorar. Mandarina me llama después de algunos años con las insinuaciones y palabras hot que me hacen pensar que su previo al feriado es tan incierto como el mío. 

Pese a todo lo vivido en posts anteriores (véase "Sexo y Radio Capital" o "A Mandarina"), aún tengo la sangre fría de usar esa fruta para ensalada, pero la algarrobina y el yogurt tendrán que esperar en la alacena. Hoy, como nunca, la pereza le ganó a la lujuria en mi lista de pecados capitales. 

En esta noche sin final nadie parece quedarse en casa, todos parecen poseídos por el espíritu de Lady Gaga y saltan en las colas mientras aguardan por un taxi, un frapuccino, una caja de condones, la entrada a la disco, un Happy Brownie o un abrazo que los haga sentir menos vacíos

McDonald's es un mundo aparte: todos pelean por papitas bañadas en aceite y circulitos de plástico marrón que hacen creíble su rol de hamburguesa. Un par de hermosas señoritas americanas totalmente ebrias comienzan a besarse sobre la barra de salsas, haciendo un sexy cuadro de arte contemporáneo pintado con ketchup, mostaza y estrógeno. 
El público expectante olvida por un rato su pedido grasiento para apreciar a las dos amantes más calientes que la cajita feliz. 

Algo infaltable previo al feriado, un clásico de blockbuster, son tus exparejas llamando en estado de ebriedad y de madrugada para decirte que te aman en un castellano difuso, con una posterior crisis de asma que les impide acabar la llamada. Nada como un previo al feriado, un momento especial para componer alguna cancion en la azotea de un edificio o para encerrarme en mi mundo de pop corn, Tarantino e inspiración para escribir cosas algo bizarritas.

No quiero que llegue el feriado, es un orgasmo menos intenso que sus previos.








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