miércoles, 24 de abril de 2013

La Maestra Conejo



"No hay maestro que pueda enseñarnos nada nuevo. 
Él sólo puede ayudarnos a recordar las cosas que siempre supimos"

-Enigma-




La Maestra Conejo me espera los martes para las clases particulares en su departamento: una isla feliz con olor a incienso y eterna paz tántrica. 

Tiene dos hijas mellizas, angelicales y a la vez siniestras como las de "El resplandor de Stanley Kubrick. Maquiavélicas por igual, se divierten asustando a los visitantes mediante la recreación, sin mucho éxito, de alguna escena de "El Aro".






Su morada esta llena de peluches que observan fijos junto a la puerta, en los cuartos, desde la mesa y desde los sillones, como parte de la familia, como eternos celadores de la ternura que jamás puede escaparse de los muros. 


El estudio de la maestra conejo es un mundo aparte: cajones, un teclado, una computadora con 
Wi-Fi traicionero y un xilófono miniatura que espero sea mi próximo regalo de cumpleaños. 

En este espacio sagrado de trabajo, los cassetes, vinilos, 45, LP's y afiches son testigos de una infancia musical. Los Rodríguez son estirpe de artistas y tengo el honor de ser instruido por la pequeña bebé que tocaba las maracas en la familia, con tímida sonrisa de conejo que da el toque angelical a la portada de "Desde el corazón de Latinoamérica" y otras joyas en magnetófono.






Es ese mismo rostro con ojos infinitos que hoy, a su edad serena, me ve con alegría, celebra cada uno de mis avances y corrige mis torpezas con el amor de mamá y la complicidad de mi ex.  

Si bemol es mi nota tope y la desafinación en 3/4 de tono, un cáncer que mi doctora está dispuesta a curar. "No te dirán nunca más guitarra china, yo me encargo de eso, Alvarito". Cada diminutivo es una inyección de amor a la vena. 


"Fantasy" de Earth, Wind and Fire es el examen final de este ciclo de ocho clases donde la risa es la mas sabia metodología. El tono en que Philip Bailey alcanza antes del coro final es infinitamente superior a mi registro. "Debes estar bromeando, mujer, estoy a años luz de acercarme". Tú frunces el ceño: "El cuerpo se adaptará para que te acostumbres a ese sonido". 


A puertas del final del ciclo, he conquistado dicha hazaña con dificultad. Ella se levanta y se retira diciéndome que no hay nada mas que enseñarme, volviendo luego para abrazarme y decirme "¿ves?, ¿ves?".





Ella ama y sufre como cualquier mujer. En medio de su belleza, olvida a veces que ella es más grande que sus problemas y que sus lecciones también tienen algo que enseñarle. Mamá y esposa necesitan vacaciones de vez en cuando, eso es algo que le repito al levantar la mano para participar.


Su profesora de canto fue 'La Chimoltrufia', Bobby McFerrin es su Biblia y Tina Charles el referente a la hora de demostrarme que no hay imposibles para nuestra voz, nuestro corazón y nuestros sueños. Sino, basta ver su foto con Quincy Jones, su gran amigo y maestro. 




Maritza, tú eres mi Maestra Conejo de los cuentos japoneses de canal 7 y yo un aprendiz que no quiere terminar jamás su clase, ni salir de tu aula donde el "no puedo", la muerte y el dolor han dejado de existir hace mucho tiempo.  


Gracias, maestra, es hora de volver a clase, aunque ya no haya mucha diferencia entre eso y el recreo.


miércoles, 10 de abril de 2013

Nada es coincidencia




"Dicen que las coincidencias existen, mas bien existe el deseo por tenerlas." 
- Bernardo Serrano Ll. -  


A la gente le gusta pensar que tuvo suerte, que se levantó con el pie derecho, que el destino esta a su favor, que el horóscopo de Josie tuvo a razón o que la patita de conejo funcionó. 

Yo no creo en la casualidad. No creo que tu mano, que hoy sostiene la mía con timidez, sea fruto de una mera chiripa. Ni el bus al que te subiste, ni el infierno que elegiste para encontrarme, ni Enigma, ni Loreena McKennit, ni el vino, ni tu agenda cancelada, ni este beso que me paraliza. Nada es porque sí, nada. 

Si te fuiste de mi vida y estás leyendo esto, no debiste quedarte mas tiempo ni salir antes: partiste en el momento justo. Mi gratitud permanecerá siempre en ti, porque fuiste un gran ensayo para lo que llegaría después.  

Si me llamas nutria, tienes un lugar en mi ranking de afectos; si me llamas César, sabré que trabajas en un banco al que le debo dinero.  

Yo soy mis heridas de guerra, mis tonterías, mi casa de los dibujos y esas vacunas para inmunizar el alma que, con todo y efectos colaterales, hacen que me pueda sentar a compartir contigo, aunque tú ya no tengas nada que dar ni a nadie, ni a ti. 

Si llevas mi nombre, quédate. El cómo y el por qué, aún no lo sé, pero tu presencia es una certeza de la que no dudaré. Me haces bien, como el tofu, como mi último libro, como la sal de las lágrimas ajenas. 

Cada caída, cada batalla perdida, cada sombra detrás de la puerta, me ha llevado a esta mesa, frente a ti, tomando tu rostro y sonriendo mientras los escondes en mi pecho pidiendo que te abrace. Lo maravilloso del presente y tu forma de prepararme el café hacen que el futuro no importe ya tanto y que el pasado sea una estampita borrosa de alguna santa a la que ya no rezo. 

Si me extrañas, ven por mí, aquí no te espero. Si no vienes, sabre que hubo algo mejor que hacer. Yo no creo en los "te amo" porque hoy se ofrecen muy pronto. Tampoco en el entusiasmo, huele terrible al descomponerse.

Nada es para siempre. Con tu cabeza en mi hombro y con mas ideas que ropa, me haces saber que el hombre, a lo largo de la historia, siempre ha buscado un Dios para agradecer o culpar, que esa es la respuesta mas fácil. Te veo con ternura y te respondo: No, decir que todo fue casualidad es mas fácil de creer. 

No encontré final para el post, tampoco para nuestra historia. Se me olvida que no la escribo solo y que tú eres mi capítulo final. ¡Uy!, qué coincidencia.



martes, 2 de abril de 2013

$ubastamor




"Saranghae"






¿Sabes que aun estás a tiempo? ¿Que podemos cambiar el final del cuento? ¿Que aún podemos parar toda esta mentira de felicidades paralelas y amores de Placebo? 


No tienes que saltar al vacío, no hay por qué condenarte a vivir en una mentira amando a quien no amas y acostándote con alguien que le agrade más a tus padres que a ti. 


Bastaría tu primer golpe para ganar la pelea. No porque carezcas de rival, sino porque dentro de ti existe la técnica perfecta para un knock out inmediato. Aunque creas que no sabes defenderte, aunque te sientas inútil, ven y pelea. Verás que tu fuerza interior no tendrá límite ni conocerá igual. 


Sé que las ultimas guerras no las hemos peleado juntos, que nuestra distancia es irreversible hasta nuevo aviso, pero no te haz ido de mi mente un solo día, un solo segundo. Tus cartas se amontonan en mi maleta como pruebas del delito, de tu cobardía y la mía, de nuestro miedo a vivir juntos o a morir por separado.



Las noches buscando respuestas han sido interminables, pero sabemos que un montón de frases prefabricadas no pueden traducir al castellano lo que tu corazón ahogado grita hasta el cansancio en su propio idioma: me haces falta y yo a ti.



No pienso aceptar un café más en el Haití a otra persona que intente tomar prestado lo que por derecho te pertenece: mi alma. Ven por ella antes de que se devalúe y acabe en una tienda de antigüedades. 


Aquí te espero, en mi mesa del Astoria, con sangría, helado derretido, chocolates en insanas proporciones y la voz de Terra Naomi taladrándome las sienes con un dolor punzante parecido al amor. 


Lo que siento por ti no expira, es a prueba de balas y supera de lejos a falsas imitaciones. No acepte amores baratos que a la larga le saldrán caros. Reclame mi verdad completamente gratis si llama al terminar de leer este aviso. Llame ahora, llame ya, esta oferta es por tiempo limitado.



Pdta.- Saranghae.




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