jueves, 27 de septiembre de 2012

El color de la verdura



Casi siempre el interés de este tipo de textos de opinión es leerse interesantón, pseudo-bohemio e inmaculado como tanta columna doble moral y doble página que me ha tocado leer después de un cobarde feminicidio. Como si todos los periodistas detrás de la pantalla y el teclado no fuéramos seres pasionales, subjetivos e imperfectos cuyas miserias y cruces no entrarían en 21 preguntas.

La vida de un ser humano no vale 15 mil ni 50 mil soles, pero esa cantidad es, más o menos, el precio de algún pequeño auspicio en algún canal, esas generosas publicidades consecuencia del rating mágico por el que se despelleja, se besa, se combate diciendo que esto es guerra y que yo soy bacán.


¿Y eso es nuevo?, no lo creo. Lo que si es nuevo es que nos rompamos las vestiduras y nos sintamos dueños de la verdura, pretendiendo sepultar a un programa de TV de manera soterrada y cochina. ¿Quieres desfogar tus frustraciones? haz una columna de opinión y fírmala, no escondas la piedra con falsas notas informativas o' campañitas'. ¿Quieres rating? Haz un programa atractivo, no adjudiques muertitos al vecino.


Aquí no hablamos de defender un programa, de que el sillón es rojo sangre o verde verdura, sino de la sobre-exposición de personas que no están emocionalmente preparadas para la neurosis mediática. Las cosas como son, las vírgenes que lloran plata y los carniceros feminicidas, todos deberían pasar un examen psicológico antes de entrar a un programa en el que el silencio y la emoción van de la mano en un cocktail impredecible que llamamos TV.


A Ruth Thalía Sayas Sánchez no la mató un proxeneta amateur con problemas de cuernos, no la mató decir la verdad, ni Beto Ortiz, ni Laura Bozzo, la matamos todos. Los asesinos somos todos los que nos horrorizamos y nos hacemos los abogados de la moral y la buena costumbre, satanizando un programa cuando lo único satanizable es la cotidianidad del feminicidio. 

La víctima de esta triste historia no habría tenido el privilegio de más de dos líneas reportando su muerte en la página de policiales, muy cerquita a Mafalda, Condorito y el Sudoku sino hubiera decidido enfrentar sus miedos, su verdad y la vida que deseaba dejar delante de todo un país.

La verdad no es delito, pero el silencio es criminal. Nosotros, televidentes de a pie gracias al smartphone, somos los jueces sin rostro y los dueños del control remoto. Usted y yo decidimos si un programa vive o muere, sonriéndole con los benditos números o condenándolo a la desaparición drama queen. 

Antes de quejarnos de la TV que vemos, hagamos algo por nosotros mismos y nuestra sociedad. No vas a cambiar nada dando un like a esta columna de opinión, pero si condenando el abuso en todas sus formas, contra una mujer o contra todo aquello que pretenda pasarnos por encima. ¿Estás listo para enfrentarte al polígrafo?, siguiente pregunta.


Alvaro 'Nutria' Rondón.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Fármacos: Las Exparejas y el Facebook

Hola a todos..."Fármacos" es la sección de mi blog en la que compartiré con ustedes todo texto ajeno que me resulte interesante. Al igual que yo, considero que podríamos aprender algo de ciertas páginas escritas por grandes hombres y mujeres que no merecen quedarse empolvándose en las estanterías del fondo gracias a plástico, chisme y novelas de Crepúsculo. El siguiente texto fue extraído del best seller ¿Él te engaño?, es su problema, de la exprosituta, conferencista y escritora carioca Vanessa de Oliveira (pág 69) y nos habla de la relación adictiva a las redes sociales y lo letal que puede resultar ésta al intentar superar una infidelidad o ruptura sentimental. Disfruten la dosis, no descartamos efectos secundarios.



"Olvida la existencia de las redes sociales (como Hi5, el Orkut, el MySpace y el Facebook), esa porquería que inventaron para que cualquiera pueda exhibirse de la forma en que quiere ser visto, y no como realmente es. ¿Me preguntas por qué? ¿Has visto que alguien se muestre demacrado, llorando y arrancándose los pelos por un amor perdido en un perfil de esos? ¿O que muestre videos de sí mismo en sus momentos más solitarios y psicóticos, cogiendo un arma y metiéndosela a la boca mientras se fuma una cajetilla entera de Marlboros y bebe alcohol industrial? ¡Yo nunca!.

Es más: Estoy harto de ver solo gente sonriente que muestra fotos de carros importados (que por cierto nunca han conducido en sus vidas) con rótulos como "Mi carro", siempre abrazados de gente linda rotulada como "Mis amigos", mientras la vida transcurre con un vase de Johnnie Walker, keep walking.

¡Siendo así las cosas, cualquiera diría que todo el mundo es feliz!

Así que deja de obsesionarte con su Orkut o su Facebook, porque ver su felicidad virtual, sea verdadera o no, no nos interesa y solo hará que sufras más. Tienes prohibida esa especia de droga de Internet. Si fuera posible, mantente alejada(o) del Hi5, el Facebook, el Flickr, el Fotolog y demás servicios de ese tipo hasta que te sientas bien con la vida nuevamente y lo suficientemente fuerte como para evitar visitar sus perfiles por cuenta propia. Porque nadie se cura colgándose del Facebook de su ex y leyendo todos los mensajes que recibe para saber qué hace con su tiempo ahora que una(o) no está cerca. Y no me vengas con la tontería de que haciendo eso a diario le cogerás más rabia, que tú a mí no me engañas. Mientras más tiempo pases viendo sus perfiles de Internet, más vicio le cogerás a vigilar su vida, cuando en verdad tienes una más importante que cuidar: LA TUYA.

Contarás los días como los cuenta un alcohólico: "Ya hace X días que estoy sobrio". Hasta que lo superes por completo. Solo habrá una diferencia: un día, tú te podrás reír de lo acontecido.





Mañana es feriado





El síndrome del feriado ya empieza a apoderarse de la ciudad, como si en el agua potable virtieran siete raices, guanarpo macho, cafeína en comprimidos o sineldafilo en polvo. Si, mañana es el día glorioso, todos a celebrar y a hacer aquello de lo que nos arrepentiremos al día siguiente. 

Entonces, salir a la calle es una suerte de fiesta, un pasacalle en medio de Miraflores donde todos bailan Last friday night (Katy Perry), Moves like Jagger (La parte cantada por Christina Aguilera y el silbidito) o Space Man de The Killers con vasos de frapuccino en la mano que no terminarán porque se lo ofrecerán a los gatos del Parque Kennedy. 

 Me he propuesto abusar del sueño y descansar como manda la ley, pero el llamado del caos no es fácil de ignorar. Mandarina me llama después de algunos años con las insinuaciones y palabras hot que me hacen pensar que su previo al feriado es tan incierto como el mío. 

Pese a todo lo vivido en posts anteriores (véase "Sexo y Radio Capital" o "A Mandarina"), aún tengo la sangre fría de usar esa fruta para ensalada, pero la algarrobina y el yogurt tendrán que esperar en la alacena. Hoy, como nunca, la pereza le ganó a la lujuria en mi lista de pecados capitales. 

En esta noche sin final nadie parece quedarse en casa, todos parecen poseídos por el espíritu de Lady Gaga y saltan en las colas mientras aguardan por un taxi, un frapuccino, una caja de condones, la entrada a la disco, un Happy Brownie o un abrazo que los haga sentir menos vacíos

McDonald's es un mundo aparte: todos pelean por papitas bañadas en aceite y circulitos de plástico marrón que hacen creíble su rol de hamburguesa. Un par de hermosas señoritas americanas totalmente ebrias comienzan a besarse sobre la barra de salsas, haciendo un sexy cuadro de arte contemporáneo pintado con ketchup, mostaza y estrógeno. 
El público expectante olvida por un rato su pedido grasiento para apreciar a las dos amantes más calientes que la cajita feliz. 

Algo infaltable previo al feriado, un clásico de blockbuster, son tus exparejas llamando en estado de ebriedad y de madrugada para decirte que te aman en un castellano difuso, con una posterior crisis de asma que les impide acabar la llamada. Nada como un previo al feriado, un momento especial para componer alguna cancion en la azotea de un edificio o para encerrarme en mi mundo de pop corn, Tarantino e inspiración para escribir cosas algo bizarritas.

No quiero que llegue el feriado, es un orgasmo menos intenso que sus previos.








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De la selva, su Nutria

La moto acelera por la carretera bajo un sol infernal, más ardiente que la lava, pero no más que sus corazones a mil por hora. M...