Mientras salía presuroso de mi facultad rumbo a Miraflores, mi incondicional Sheyla y yo meditábamos de aquellas cosas que a ellas les gusta que nosotros les regalemos. El incierto diálogo iba masomenos así.
- Alvaro, los peluches y las flores son un bonito detalle -
- Mentira, monstruo, ustedes aman que nosotros les regalemos cosas que las engorden...-
- ¿Cómo?-
- Sí, cosas como el chocolate...ustedes tienen una especial debilidad por el chocolate -
- Pero a nosotras no nos gusta que nos den cosas que engordan -
- Sí...cosas que puedan comerse encerradas en su cuarto a ansiosa velocidad -
- ¡No! -
- Es más, te apuesto a que te regalo una cajita de masapán y atracas una noche -
- .... -
- :) -
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No eres tú, son ellos.