domingo, 7 de agosto de 2011

Feliz cumpleaños


I

Diana llora frente al teléfono mientras habla con su amigo de alguna comunidad religiosa de nombre pomposo. Aldo intenta dormir para no escuchar sus lágrimas, mañana es su cumpleaños número 10 y, aunque se trate de su madre, no lo arruinará por otra pasada de copas.


- Mi hijo no me quiere, pastor, ¿qué puedo hacer?, creo que soy una cagada y debería irme de casa y ya no luchar por él, su resentimiento no le deja ver que lo amo, pastor...-

 

Él ha tirado las sábanas y acude a la sala a cortar la melodramática confesión de comunidad religiosa que atiende a sus feligreses a las 3 y media de la mañana. Con la furia de sus 9 años, mañana 10, decide cortarle el teléfono a mamá.

 

- Hijito, ¿Por qué cortas?, estoy hablando con un sabio que me ayudará a recuperar tu amor y entrar en tu corazón podrido por el odio... -

 

- Diana, ¿puedes dejar tu complejo de Telejuan 19 e irte a dormir?, en verdad quiero tener un puto cumpleaños tranquilo -

 

- Hijito, ¿por qué me odias?, ¿por qué no hay paz en tu corazón?, dime que me amas -

 

- Ya, te amo. Ahora vete a dormir, estoy cansado y mañana es un día atareado -

 

- Tú no me amas -

 

- Te amaré más cuando despiertes por la mañana y huelas menos a cerveza -

 

Diana camina al medio de la sala con dos peluches, se siente en una esquina y saca un cuchillo del bolsillo de la osa con moño.

 

- Ustedes van a ser mis hijitos, ya que su hermano Aldito no me ama, no me puede perdonar el ser una madre cagada -

 

- Diana, basta, necesito dormir y tú también -

 

- Tal vez cuando mamita muera, aprenderás a amarme -

 

Aldo se avalanza sobre Diana para impedir que cometa una tontería, tal vez porque aún la ama. Tal vez porque quiere evitar el charco de sangre en el suelo y salir en 90 Segundos al dìa siguiente, quizás porque quiere abrazarla y decirle "te amo" cuando este lo suficientemente sobria para escucharlo.

 

- Detente, carajo -

 

- Suéltame, no me amas, no te metas en mi decisión -

 

- No te vas a matar aquí, Diana -

 

- Dime mamá, hijo de puta, dime mamá -

 

- Mamá, no te mates, por favor -

 

- Entonces duerme conmigo esta noche -

 

Diana y Aldo duermen juntos. Aldo sostiene el cuchillo y lo aleja lo más posible mientras rasca suavemente la cabeza de Diana, su díscola madre que despertará mañana con una mala noticia y la sensación de no recordar nada.


II

Aldo es despertado por el fuerte ruido de la aspiradora. No encuentra a Diana y en su lugar hay una osa con moño partida por la mitad y otro ratón de felpa que no corrió tan mala suerte. Abre los ojos de inmediato y corre a buscar a su madre. Diana limpia rápidamente entre los sillones, pues tiene que dejar todo listo para la fiesta de Aldo y recibir a sus amiguitos antes de las 10 de la noche.

 

- ¡Feliz cumpleaños, mi vida!, ya tienes 10 y eres todo un hombrecito -

 

- ¿Estás bien? -

 

Diana apaga la aspiradora con su mejor sonrisa.

 

- Sí y te tengo el mejor regalo: me mudaré a vivir contigo, lo hablé con papá (el abuelo de Aldo) esta mañana -

 

- Tú no volverás a vivir conmigo, no con tus intentos de suicidio nocturnos, tu borrachera, tu secta de mierda y tus ganas de arruinarme la vida -

 

El abuelo no da crédito a lo que oye.

 

- ¿Qué ha querido decir el muchacho con eso, Diana? -

 

Aldo y el abuelo miran a Diana esperando una respuesta, ella tira la aspiradora y comienza a llorar.


III

La moza nueva del Índigo Bar está nerviosa, su novio acaba de decirle que tampoco habrá sexo esta noche porque no irá a recogerla. "Mi jefe me ha pedido que trabaje extra". Ella no lo cree, sabe que hay otra, ha visto demasiadas novelas de Televisa. No hay tiempo para pensar en eso, debe llevar la sangría a la mesa de una señora mórbida y su gigolo de 21 años, quienes hablan y ríen escandalosamente. 


La moza lleva la jarra y la sirve odiando a la señora; no por libidinosa, sino por tener un acompañante joven para esta noche, a quien se llevará a la cama sin necesidad de decirle " te quiero". 

 

- ¿Viste?, la muy puta me veía como si fuera un monstruo, otra más que cree que somos pareja -

 

Diana alza su vaso para brindar.

 

- Podríamos pasar por hermanos, tómalo como un cumplido de alguien que no pagará la cuenta. -

 

Aldo Quintana corresponde al brindis con la sonrisa sarcástica que lo caracteriza.

 

- Hijito, han pasado once años y estaba pensando, ¿no te gustaría que ambos... -

 

- Olvídalo, no viviremos juntos, ni ahora, ni nunca. Salud -

 

Diana sonríe tímidamente, no conoce al hombre que tiene en frente y se siente una tonta por no poder decir, "te conozco como si te hubiera parido". Pese a haber parido a Aldo, no conoce que otras bromas le jugará el destino antes de volverse a sentar y brindar como dos viejos amigos en el Índigo Bar.

 

- Salud, bebé, salud -





1 comentario:

  1. Hola!
    Soy Luis Corbacho.
    Me encanta tu blog! Tiene un estilo muy personal y joven.
    Es muy completo, toca todos los temas.
    Es entretenido, está bien escrito y algunas de las frases que he podido leer me parecen simplemente geniales, tanto que cuesta creer que la ha escrito alguien tan joven.
    Por otro lado, la idea de las ilustraciones me parece estupenda, súper original e innovadora! A eso súmale que el diseño es muy simple y elegante a la vez, dan ganas de seguir leyendo!
    Van todas mis felicitaciones!
    Luis

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